jueves, abril 23, 2009

Contenidos de dos tipos

Siendo Sant Jordi y sobre todo el día del libro hoy os dejo copiado directamente de Espoiler un magnífico post sobre la distribución de contenidos audiovisuales en internet y sobre la minsitra de Cultura. Este señor tiene más razón que un santo, poniendo el acento en que el problema no es la gratuidad de los contenidos sino la imposibilidad de pagar por ellos y obtenerlos de una manera eficaz, ¿sino porque iTunes, Netflix,... tienen el éxito que tienen?

No digo que muchos adolescentes que no pueden permitirse ahora comprar contenidos de repente vayan a pagar por ello, no creo que su "gratuidad" derrumbe una industria que por cierto cada año hace la superproducción más cara de la historia, ¿para qué? para que al final gane la calidad de películas o músicas con calidad.

Promesa pública a la ministra

Desde hace unos días recibo correos de desconocidos que me vaticinan que a este blog le quedan pocos días de vida, por no sé qué cuestión de una Ministra. Esos correos me invitan, además, a que me posicione sobre un artículo que salió en El País la semana pasada. Un artículo en contra del p2p. ¿Qué me posicione? ¿No es suficiente posición la base de datos de Espoiler.tv y este blog?

O quizás quieran que yo ponga aquí un banner, un gif animado horrible, en contra de la Ministra de Cultura. No señor. Yo hace un montón de años dejé de ser un adolescente imbécil.

¿Alguien quiere mi posición? Mi posición es muy simple. Invierto en productos audiovisuales (o en sus soportes) alrededor de 190 euros al mes. Pero ya no le pago a Verbatim. Tampoco pago cintas en VHS. Ya no le pago a TDK. Ya no le pago a Blockbuster. Ya no le pago al cine Verdi.

Ahora le pago a Telefónica un ADSL; le pago a Digital+ para tener alta definición; le pago a Rapidshare que me da descarga directa; le pago a Conceptronic que me ofrece discos extraíbles; le pago a Endesa que me da la luz.

Pero al mismo tiempo odio que Telefónica sea cara y sea lenta. Odio que Digital+ le dé tan poco valor al subtitulado. Odio que las particiones de Rapidshare sean veinticinco y haya que unirlas.

También odio que Paul Abbott, el creador de Shameless, no pueda ver un porcentaje de mi dinero. Hace dos semanas me descargué la primera temporada de su serie y me encantaría habérsela pagado. Me encantaría incluso haberlo besado en la boca. Pero no hay cómo. No existe un mecanismo para pagarle. (Ni para besarlo.)

Me encantaría pagarle a Julio Medem cada una de las películas suyas que me descargué. Pero no comprando discos, por el amor de Dios... ¡Basta de disquitos, de casetitos, de blu-rays, de cintas de video, de mierditas chiquitas, que se llena la casa de basura y hay que tirar todo cada año y medio! Pero de verdad, quisiera pagarle también a Medem. Y a Sánchez Arévalo.

Por eso no entiendo tanta saña juvenil contra la Ministra de Cultura. Por lo que ha dicho (una vez que la escuché en los Goya) quiere que el dinero que gastamos en series y en películas no se lo coma entero el ADSL. Quiere que le llegue un poco a Paul Abbott, y otro poco a Julio Medem.

Por lo que entiendo, lo que propone esta mujer es armar un tinglado eficaz en el que podamos bajarnos la segunda temporada de Shameless, subtitulada, por 74 céntimos el episodio, a velocidad de vértigo. Y que 13 céntimos sean para Paul Abbott.

O que podamos descargar las películas de Medem sin meter basura-redonda-metálica en casa, por un euro, y que diez céntimos de ese euro sean para Julio Medem.

Todo lo demás, todo el debate estéril, todo el pataleo, todo el fundamentalismo en contra y a favor de las descargas, es una pelea muy pelotuda. Un vaivén aburrido y torpe.

[...]

Si lo que propone la Ministra de Cultura es que Telefónica y Rapidshare no se coman todo el dinero que me gasto en ver series y películas, yo encantado de la vida de mandar a la mierda a Telefónica y al Rapidshare. Pero necesito algo a cambio, un sistema mejor que distribuya mi dinero entre los creadores (eso no lo tengo) y que me ofrezca velocidad de descarga y alta calidad de visionado (eso ya lo tengo).

[...]

Por cierto los de Cut-Cost siguen con la desfachatez... ¿alguién los conoce realmente?


Otra cosa: acabo de votar en Facebook sobre los criterios que han de gobernar la red social, ¿democracia 2.0 o simple publicidad web? No creo que ni una cosa ni la otra pero al menos es una intención que te hace pensar sobre ello y eso es un paso adelante sin ninguna duda.

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